Cristóbal

Yo no soy Cristóbal. Nadie, nunca, será jamás Cristóbal.

Esta colección no va de inspirarme en su obra, ni siquiera va de emular su técnica o de su maestría. Eso sería, como poco, una osadía imperdonable. No analizaré sus líneas, sus patrones ni sus bocetos. No pretenderé ser quien no puedo ser.

Esta colección va de su filosofía, de su forma de creer en la moda. De saber que cada vestido tiene un nombre. Uno y solo uno.

En un mundo en el que adaptarse lo es todo, ser fiel a uno mismo es un lujo que muy pocos pueden permitirse.

Como es habitual en la firma, las líneas arquitectónicas y la cultura vasca se entremezclan para dar vida a 15 nuevas piezas.

Pedrería, volantes de tafeta, bolsillos plastones, siluetas fluídas, transparencias y piezas desmontables, dan forma a una colección marcada por la ligereza y la espectacularidad.